Azufre

• Símbolo “S”.

• Nº 16 entre fósforo y cloro en la clasificación periódica de los elementos.

• Masa atómica = 32,06.

El azufre es abundante en la naturaleza. Se presenta en su estado nativo o en forma de sulfuros o sulfatos. Constituye la riqueza de innumerables aguas termales con aromas característicos. El azufre tiene aplicaciones muy beneficiosas en el campo terapéutico.

El azufre es un oligoelemento presente en todas las células.

Aunque la mayor parte del aporte de azufre proviene de aminoácidos que contienen azufre, es necesario un aporte en forma orgánica no oxidada (ajo, especias, huevos).

Interviene en particular en la estructura de las proteínas y en la respiración celular. Por tanto, el azufre es fundamental para la composición de la estructura proteica, más precisamente (y científicamente), es uno de los elementos de la estructura terciaria de las proteínas. El azufre forma parte de la composición de aminoácidos esenciales (metionina, cistina), determinadas vitaminas (tiamina o B1, biotina o B6) y coenzima A que intervienen en numerosos metabolismos. El azufre es un oligoelemento necesario para la constitución de huesos, tendones, articulaciones y dientes.

Es un oligoelemento especialmente útil en las funciones descontaminantes del hígado. El azufre interviene en varias funciones esenciales (como agente), como estimular la respiración celular, neutralizar y eliminar toxinas, además de ser antialérgico. Además, el azufre se utiliza a menudo para determinadas aplicaciones terapéuticas y en determinadas aguas termales.

El azufre se utiliza a menudo para determinadas aplicaciones terapéuticas y en la composición de aguas termales.

Aunque el aporte de azufre proviene en gran medida de aminoácidos azufrados, se requiere un aporte en forma orgánica no oxidada (ajo, especias, huevos, aceite de Haarlem).